Virgilio Piñera, el maldito Piñera,
ha tenido en Cuba su año de celebraciones. El impulso primero lo han
dado un grupo de amigos y seguidores que comanda (a veces actúan
como comando) Antón Arrufat. Lecturas y recuerdos que siempre
terminaban en el célebre y celebrado dramaturgo, poeta, novelista y
cuentista, hermano del filósofo Humperto Piñera Yera, amigo de
José Lezama Lima, sucedieron en La Habana. La vieja Habana volvió a
hablarle y hablar de él. Hablar de Piñera, ahora, podría ser moda.
Habrá quien hablé de él sin siquiera leer una de sus páginas, y
hasta evita sus defectos sin haber leído una sola de sus palabras.
Ni la más corta. Ninguna. Pero conoce la frase: El agua por todas
partes. En una carta lo advierte el propio personaje: “Ha
escaseado el agua. Ahora proliferan los vendedores” Era 1964.
Piñera ya no estaba en Lunes de Revolución, pero seguía siendo
Virgilio Piñera. Un nombre. Una actitud. Un símbolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario